Todos ustedes se acordarán, por aquello de "Prohibido Olvidar", del garabato que llevaba el remoquete de "Mesa de Negociaciones y Acuerdos": ¿se acuerdan? ¿Se acuerdan cómo nos mamaron gallo del bueno? Sabrá Dios cuántos nos costó (en metálico) aquella grandísima morisqueta, donde nos dieron el guaral parejo y le regalamos tiempo al régimen para que llegara a donde está hoy... ¡y lo que falta!
En aquel año 2002, se montó en Venezuela una impresionante obra teatral tragicómica entre algunos miembros de la oposición y el régimen, autoritario-ya, de Hugo Chávez: “La Mesa de Negociaciones y Acuerdos”, moderada por el ex presidente de Colombia, César Gaviria Trujillo. Fue mucha la pendejada que se propuso, se debatió y se comió allí. El pueblo, una vez más, se esperanzó, porque "nuestros" líderes nos montan a todos en una montaña rusa, donde nos elevan las esperanzas al punto más alto (como ha sucedido ahora con el "triunfo" de las parlamentarias) para luego caer en picada en una inconsolable depresión colectiva.
Todo el mundo metió la mano a aquella "mesa", incluyendo el ex presidente norteamericano Jimmy Carter, quien se dio el tupé de proponer las siguientes condiciones para re-establecer la paz y la armonía en el país:
1. La oposición debe anunciar la finalización del paro. El Gobierno debe anunciar que no habrá represalias contra los trabajadores públicos que recurrieron a sus derechos sindicales. Quienes sean encontrados culpables de sabotaje o de otros delitos, deberán ser penados conforme a la ley.
2. El Presidente debe garantizar su disposición para que el referéndum revocatorio sea realizado no más tarde del día 19 de agosto de 2003 (se celebró un año más tarde).
3. La Mesa de Negociaciones y Acuerdos terminará el “Borrador de Acuerdo” que se encuentra actualmente bajo análisis, agregando la siguiente propuesta con el fin de resolver la cuestión electoral:
a. La Mesa buscará que el Tribunal Supremo de Justicia ratifique su sentencia anterior acerca de que la mitad del período presidencial se cumple el 18 de agosto de 2003. La oposición deberá obtener las firmas requeridas, según lo especifica la Constitución. El Presidente también deberá garantizar la seguridad y todos los recursos financieros necesarios. (Al final, el dichoso referéndum se llevó a cabo un año después, el 15 de agosto de 2004).
b. La Asamblea Nacional debe ser reestructurada si no se logra un acuerdo y ambas partes deberán aceptar, entonces, que el Tribunal Supremo de Justicia los designe. (El acuerdo fue logrado, por lo que la Asamblea Nacional siguió intacta).
c. Se debe crear una “Comisión Conjunta”, compuesta por venezolanos y expertos extranjeros, para supervisar todas las etapas de estos procesos electorales. Sus tareas incluirían: proveer asistencia técnica, monitorear el proceso electoral, y controlar la objetividad de la cobertura de los medios masivos de comunicación. (Esa “Comisión Conjunta” se creó y el organismo internacional de expertos que se escogió para tal supervisión, fue la Fundación Carter, con el funesto resultado que todos conocemos, ya que fue esa fundación la que le dio el aval internacional al Referéndum Revocatorio. En lo sucesivo, el CNE prohibió a los veedores oficiales extranjeros).
d. Se debe tener todos los preparativos listos de manera que si el referéndum requiere luego la realización de elecciones, las mismas puedan hacerse no más tarde del 19 de septiembre de 2003, pudiendo todos ser candidatos. (Por supuesto, los preparativos no fueron necesarios, porque Chávez "ganó" el referéndum en un proceso que fue bautizado “El Mega Fraude”).
e. Se debe acordar que todos los referendos revocatorios para los que se hayan recogido firmas (gobernadores, alcaldes o diputados) se realizarán el mismo día que el referéndum presidencial - 19 de Agosto de 2003. (Jamás un alcalde o un gobernador fue revocado mediante elección revocatoria alguna porque nunca se convocó este tipo de consulta para ellos, ni para los oficialistas ni para los "opositores").
4. Asimismo, la “Mesa de Negociaciones y Acuerdos” deber garantizar que se traten los siguientes temas en el Acuerdo:
a. Los derechos humanos básicos consagrados en la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, el “Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, la “Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre” y la “Convención Americana sobre Derechos Humanos”, así como todos los demás derechos y garantías de los que gozan los ciudadanos venezolanos a partir de la Constitución de 1999, que deberán ser garantizados a todos los participantes del proceso, independientemente de sus lealtades políticas en los hechos ocurridos durante la crisis reciente. Un extraordinario saludo a la bandera.
b. Los mecanismos y los tiempos necesarios para la renovación de los poderes públicos - el Tribunal Supremo de Justicia y el Poder Ciudadano (Fiscal General, Contralor General y Defensor del Pueblo).
c. El gobierno y la oposición acordarán antes de que se realicen las elecciones generales que, luego de que éstas se hayan llevado a cabo, se lanzará un proceso de consulta nacional con los líderes claves y cuyo propósito será la reconciliación de las diferencias existentes y la promoción de la justicia social. Dicho proceso de consulta puede ser organizado por representantes aceptables de la comunidad internacional, inclusive por aquellos que patrocinaron la “Mesa de Negociaciones y Acuerdos”.
Era más que evidente que aquella propuesta del ex presidente Jimmy Carter estaba revestida de una impresionante ignorancia de la realidad nacional, a menos que la misma obedeciera a una agenda oculta para el grueso de la población venezolana… y para el mundo.
Ninguna de sus propuestas tuvo fiel cumplimiento, pero lo peor fue que en agosto de 2004, cuando por fin se llevó a cabo aquella cosa que se llamó Referéndum Revocatorio, el propio Jimmy Carter aprobó ese proceso comicial, a pesar de que ninguna de sus propuestas había sido tomada en cuenta, lo que debió haberle obligado a pronunciarse en cuanto a que en Venezuela, para aquel momento, no estaban dadas las condiciones para que prevalecieran la paz y la armonía, factores fundamentales para poderse llevar a cabo unas elecciones transparentes en país democrático alguno. Por cierto que Jimmy Carter protestó el empleo de las maquinitas electrónicas en las elecciones de Estados Unidos... ¿qué tal?
El fulano acuerdo, emanado de las negociaciones de la mesa, fue firmado por algunos de los miembros de la oposición con el pañuelo en la nariz. Hubo uno que hasta se persignó frente a las cámaras de televisión, en cadena nacional, antes de estampar su firma. Una vez más, en lugar de advertirle al país que aquello era un absoluto adefesio y una soberana burla, se le dio un mateo protocolar y chirrín-chirrán… jamás se volvió a mencionar. La impresionante alharaca que en un inicio produjo aquel show mediático montado por el régimen y por los entonces-líderes de la "oposición", se esfumó como si en Venezuela jamás se hubieran llevado a cabo tales eventos, supuestamente, conciliatorios.
En el Restaurante La Cacerola de la urbanización El Placer, en el municipio de Baruta (Gran Caracas), me encontré - sentados en una mesa - al Dr. Américo Martín en compañía de una famosa politóloga llamada Vilma Petrach. Américo Martín era uno de los miembros principales de la fulana mesa y ex comandante guerrillero que obedecía órdenes de Castro durante la guerra de guerrillas que tanto daño y muertes le produjo a Venezuela en las décadas de los sesenta y setenta.
No me pude contener y me dirigí hacia donde estaban ambos almorzando y le reclamé a Américo su participación en aquella farsa nacional, con repercusión internacional. El Dr. Martín, evidentemente asombrado por mi reclamo furtivo, me aseguró que esa era la manera de lograr la victoria y que tenía que entender que había una estrategia detrás de todo aquello. Luego de esa conversación, salí convencido de que nuestros líderes tenían una poderosa carta oculta bajo la manga de alguno de ellos.
Al cabo de los años coincidí en el exilio de Miami con el Dr. Martín, aunque él se dejó de eso (de insistir en su asilo político) y decidió regresar a Venezuela para seguir en la pachanga de siempre: organizando elecciones y estrategias. Era más que evidente que no había carta alguna bajo la manga de nadie: ¡puros cuentos chinos!
La Dra. Petrach también se asiló en Miami y hasta el día de hoy sigue manteniendo su status de asilada política en Estados Unidos. Desde que la vengo escuchando, se viene equivocando - diametralmente - en sus "análisis", los cuales los hace con una propiedad asombrosa. Se equivocó con el paro, con la dichosa "Mesa de Negociación y Acuerdo", con eso que mentaron "Referéndum Revocatorio", con Arias Cárdenas... con Manuel Rosales, en fin: no ha pegado una solita.
Tanto el Dr. Martín como la Dra. Petrach habían decidido el exilio al sentirse amenazados por el régimen, luego de haber firmado el famoso “Manifiesto de Miraflores”, donde – supuestamente y según el régimen – se le daba apoyo a la presidencia de Don Pedro Carmona, quien pretendió suceder a Chávez tras los eventos del 11 de abril (de 2002), en donde se nos aseguró que el sátrapa había renunciado. Al final de cuentas, ninguno de los más de cuatrocientos firmantes de aquel histórico documento, sufrió persecución real alguna. Américo decidió regresar y Vilma, quedarse en "El Imperio", incursionando como productora en un conocido programa de televisión de Miami, donde también no hacen sino echar tiros al aire a ver si cae algún pato.
En medio del proceso de diálogos y de acuerdos, se intentó constituir una nueva bufonada llamada “Grupo de Amigos de Venezuela”, compuesto por varios países amigos: ¿se aucerdan?. Chávez le dio un soberano zapatazo matando a ese grupo al nacer, durando lo que dura un merengue a las puertas de un colegio. Era evidente la intención de marear al grueso de los venezolanos para que perdiera la noción de la realidad. El país nacional se encontraba en una verdadera montaña rusa, pero a otro nivel no estaba sucediendo absolutamente nada: los líderes de la "oposición" y el régimen se pagaban y se daban el vuelto, mientras ese pueblo – engañado a más no poder – sonaba sus cacerolas y aguantaba sol y sed en largas marchas que jamás llegaron a sus programados destinos… y en los intervalos de descanso, se sentaba a ver el programa en Globovisión del Lic. Leopoldo Castillo, “Aló Ciudadano”, donde éramos guaraleados otro tanto, para podernos ir a la cama sin tener la más mínima idea de lo que verdaderamente estaba ocurriendo en Venezuela y creyéndonos, de verdad-verdad, que se estaba luchando por la patria, a punta de marchas y de botar el voto.
En el medio de aquellos absurdos utópicos, se programaba todo tipo de “eventos patrióticos”, como ciclo-marchas, caimaneras (partidos improvisados entre soberanos y escuálidos) de futbolito en las autopista, calistenia y bailoterapia… también en el medio de las autopistas; comparsas de samba, pitorreo, caravanas y paremos de contar. Nuestras bellísimas chicas se pintaban sus caras con los colores patrios y mostraban sus ombligos. Hubo hasta un famoso monito titi a quien disfrazaban, en las marchas, con la bandera tricolor. En esos eventos pacíficos, valientes, democráticos y patrióticos que sacarían de Venezuela al satánico, perverso y sanguinario régimen castro-estalinista de Chávez, estaba la mano de Elías Santana y su ONG, “Queremos Elegir”, aunque jamás pidieron condiciones. Una organización no gubernamental que pasó a mejor vida y que hoy recordamos con nostalgia, como recordamos las famosas fiestas decembrinas con las orquestas de La Billo Caracas’ Boys y de Los Melódicos.
Llegó un momento en que nuestros escritos, todos, estaban dirigidos a criticar aquellas marchas carnavalescas, llenas de una alegría desbordante, serpentinas, confetis y raca-racas… aquellos ejercicios de calistenia que, para combatir al régimen, nos imponía Elías Santana (quien tuvo sus 15 minutos de gloria) y su combo de “comeflores”. Un día recibimos una llamada telefónica de un personaje que hoy está en exilio con nosotros, con quien desayunamos de cuando en vez en la Calle Ocho de Miami, quien nos explicaba que con aquellos eventos, “se estaba calentando la calle”.
Mientras todo esto ocurría del lado de nosotros los escuálidos, oligarcas, pacíficos, “comeflores” y demócratas, las FARC instalaban hospitales y campamentos dentro del territorio nacional, se crearon el FBLN (Frente Bolivariano de Liberación Nacional), los paramilitares de los Tupamaros y de La Piedrita… los escuadrones motorizados de Lina Ron y de otro tercio por ahí, cuyo nombre no recordamos. La guerrilla colombiana secuestraba ganaderos en los estados fronterizos; se constituía la milicia, que en Venezuela le llaman “La Reserva”; nos inundaron el país de cubanos castristas que depredaban, impune y descaradamente, las riquezas de nuestros suelos y se las llevaban a Cuba, día-a-día por el puerto de Guanta, en el oriente de Venezuela. Se organizaban los Círculos Bolivarianos (similares a los CDR cubanos, “Comité de Defensa de la Revolución”); Chávez buscaba presupuesto para comprar todo tipo de armamento bélico… el narcotráfico a millón, el hampa desatada… y nosotros bailando y haciendo ejercicio en pro de la libertad. ¡Insólito!
Casi al final de aquel tareco apodado “Mesa de Negociaciones y Acuerdos”, comenzó otro más absurdo aún: El Paro General, que luego se convirtió en indefinido. Los miembros convocantes al paro debieron haber tomado en consideración que no sería un paro, que no sería general y que mucho menos sería indefinido.
Pero hay más. En uno de los reportes que al final de cada día eran ofrecidos a la prensa nacional por parte del moderador de aquella mesa, César Gaviria Trujillo, le jaló las orejas al régimen por aupar lo que ya se perfilaba en el país como un paro general. Para muchos – Gaviria incluido – era más que evidente que el propio régimen estaba interesado en aquella huelga nacional. ¿No se dieron cuenta "nuestros" líderes? “A falta de un bloqueo, bueno es un paro”, pareciera haber pensado Hugo Chávez ante aquel “flaicito” al pitcher.
Así como Castro siempre le había echado mano al bloqueo norteamericano para justificar su inducido desastre económico en la isla de Cuba, Chávez le echaría mano al "paro" para justificar lo que vino después. La culpa de todos los males de Venezuela la tendría, por un ratico, el "paro"… ¡y los golpistas! Luego: “El Imperio”, Bush (su socio), la baja de los precios y la crisis económica mundial “global”. (Ver el Capítulo 1 de nuestro libro "Cómo se Perdió Venezuela")
Es muy cierto. Un paro general, sostenido e indefinido hubiera acabado con todos nuestros males de entonces, pero los líderes de la "oposición" no estaban dispuestos a llevar a cabo un paro-paro, de verdad-verdad… y el pueblo no supo cómo pararse ni mucho menos, cómo paralizar al país de una manera generalizada y sostenida: no había nacido todavía el concepto depurado de “La Guarimba”, una de las evidentes pesadillas de Chávez. (Ver el video "La Guarimba lo Tiene Loco").
Lo que terminó habiendo en Venezuela fueron unas prolongadas vacaciones colectivas, remuneradas para muchos, no-remuneradas para otros. Por ejemplo, algunos colegios privados obligaron a los padres y representantes a cancelar a los maestros los salarios caídos producidos por el "paro"; los bancos y los supermercados abrían unas horitas nada más. La mayoría de los buenos restaurantes – al menos en Caracas – hicieron su agosto con clientes huelguistas que por las noches iban a evaluar los resultados del "paro", mientras devoraban grandes cantidades de comida y bebidas alcohólicas. La gasolina escaseaba, pero la misma Guardia Nacional se metió en el negocio de su distribución en el mercado negro. Al finalizar el "paro" no sabíamos qué hacer en nuestra finca con tantos pipotes repletos de gasolina.
Al fracasar aquel "paro" que no fue paro, se perjudicó la opción de la sublevación activa, generalizada y sostenida… de verdad-verdad y el régimen salió victimizado. ¿No supieron predecir, los líderes de la "oposición", las consecuencias de un posible fracaso antes de convocar al pueblo a aquel "paro", como, evidentemente, era la intención del régimen? ¡Quién sabe quién maquinó aquel paro!
Y así todo. Solo debemos esperar ahora, ante el INMENSO COMPROMISO de las "elecciones" de 2012, a la cual acudiremos confiados y todavía embriagado con el "increíble triunfo" de las pasadas parlamentarias del 26 de septiembre (2010), contar con las debidas condiciones... de lo contrario, estar preparados para la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida: ¡a menos que queramos salir de la contienda con el título de sub-campeones!
Robert Alonso
Movimiento de Resistencia Nacional
www.mrr.name
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¿YA CREASTE TU "CÉLULA DE RESISTENCIA"?
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DE LA NUEVA LUCHA
(“MANIFIESTO DE LA LIBERACIÓN”)
I. EL ÚNICO OBJETIVO
El único objetivo de esta nueva lucha es erradicar de suelo patrio a los regímenes que nos han mancillado la libertad y los más elementales derechos consagrados a la humanidad.
II. EL CAMINO HACIA ESE ÚNICO OBJETIVO
Unir a nuestra sociedad civil en torno a una nueva lucha: la resistencia no-violenta cuyo fin será la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida; la cual, a su vez, busca provocar la insurrección (implosión) militar necesaria para deponer al enemigo apátrida del poder.
III. AL FINALIZAR LA LUCHA
Al finalizar la lucha para defenestrar a los regímenes deslegitimados y traidores, se instalaría en nuestros países un gobierno cívico-militar que pondría orden en la sociedad, haría justicia y sentaría las bases para la redacción de una nueva constitución con la participación de todos las fuerzas vivas democráticas existentes.
IV. CARACTERÍSTICAS DEL ENEMIGO
Debemos comenzar por conocer y entender al enemigo como un ente apátrida y traidor que no conoce fronteras, que desconoce la piedad y que empleará todos los medios disponibles para justificar su único fin: mantenerse firme y eternamente en el poder, en pro de su beneficio personal y el de unos pocos.
Para el enemigo es mantenerse en el poder o morir. No hay otra. Estamos hablando de una muerte física, ya no política. Hugo Chávez, por ejemplo, está consciente de que el día en que él pierda el poder, perderá la vida física porque no podrá mantener la seguridad que hoy le ofrece su régimen. Para el enemigo es seguir “comiendo gallina”, so pena de “morir arponeado”.
Ante tal contrincante no hay tregua. No hay posibilidades de entendimiento... de diálogo ni de esperanzas de eliminarlo por medio de la vía electoral. A un enemigo así hay que sacarlo con fuego: el fuego de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida que desemboque, irremediablemente, en una insurrección militar.
V. CON QUÉ CUENTA EL TIRANO
El tirano tiene dos grandes recursos: dinero y armamento militar, precisamente con lo que no cuenta la sociedad civil. Para nosotros, el enemigo es invencible en el campo militar, en el campo de la violencia. La violencia le es de su absoluto monopolio, su mayor aliado, de ahí la necesidad de luchar en un plano diferente, donde él no cuente con recurso alguno.
El enemigo, además, tiene el apoyo incondicional de la llamada “comunidad internacional”, porque allá afuera se es alérgico a los cambios radicales que pudieran poner en peligro a sus propios intereses. Por ejemplo, una desestabilización sostenida del régimen actual en Venezuela, desestabilizaría el mercado energético a nivel mundial, lo que traería un instantáneo dolor de cabeza en los ámbitos políticos y económicos en los países industrializados del llamado “Primer Mundo”.
Para eliminar ese apoyo incondicional del cual hoy son acreedores estos regímenes, debemos afectar – sostenidamente – los intereses internacionales y para eso, la mejor manera es “embasurando” al país oprimido mediante una paralización total, absoluta y sostenida... a través de la sublevación cívica no violenta. Un verdadero, efectivo y sostenido PARO GENERAL.
Una vez que la “comunidad internacional” entienda que el desbarajuste se mantendrá indefinidamente en el país convulsionado mientras las existentes autoridades estén frente al poder y que la sociedad civil de ese país no tiene la más mínima intención de amainar la resistencia, otro gallo le comenzará a cantar al régimen y esa “comunidad internacional” cambiará inmediatamente de bando, colocándose del lado de la inminentemente nueva opción de poder, es decir: del lado del pueblo sublevado.
VI. CON QUÉ NO CUENTA EL TIRANO
El enemigo no cuenta con el apoyo incondicional de la inmensa mayoría del pueblo, así parezca lo contrario en regímenes en los cuales se ha implantado el terror como un método de “seguridad ciudadana” y existe una doble moral, donde cada quien lleva puesta una careta. Una vez que ese pueblo mayoritario explote de manera generalizada y sostenida, no habrá forma de controlarlo. Los tiranos lo saben y le temen a las sublevaciones.
Precisamente, la carencia del enemigo es nuestra mayor herramienta. Nosotros contamos con ese pueblo mayoritario: ¡nuestro gran ejército! Es a ese pueblo a quien debemos comprometer en la lucha de resistencia no-violenta.
Si bien el enemigo cuenta, por ahora, con el apoyo internacional, ese apoyo es efímero y se disolverá de inmediato al entender - la “comunidad internacional” - que el pueblo está decidido a cambiar de autoridades y a defenestrar a la tiranía.
Será la “comunidad internacional”, entonces, un valioso aliado que hará su parte para presionar al tirano a que abandone el poder para buscar con ello la estabilidad regional y, en casos como Venezuela: la estabilidad energética mundial.
Pero no nos engañemos. El régimen puede perder absolutamente todo el apoyo del pueblo, que si éste no se subleva es como si ese apoyo no lo hubiera perdido. La historia está llena de ejemplos de países subyugados por odiosas tiranías y las mismas se mantuvieron por décadas en el poder a través del terror, porque sus pueblos jamás fueron inducidos a la sublevación y equivocaron sus métodos de lucha... hasta un día.
VII. CUÁL ES NUESTRO RETO INMEDIATO
Nuestro reto inmediato debe de ser cohesionar a la sociedad civil en un ente compacto y dispuesto a seguir las instrucciones dentro de una estrategia YA PROBADA de lucha, que obedece a la modalidad de la resistencia no-violenta.
Debemos comprometer a ese pueblo opositor a que se una a la resistencia de una manera activa, participativa y decidida.
El primer paso es el de educar a la sociedad civil a sublevarse de manera activa, generalizada y sostenida, donde se logre el ÚNICO OBJETIVO de derrocar la tiranía con el menor trauma posible. Cada gota de sangre de nuestros hermanos es parte del tesoro nacional. Debemos preservar cada gota de nuestra sangre para la reconstrucción del país.
No es fácil educar a todo pueblo, sin embargo, nuestras instrucciones son sencillas, como veremos más adelante. El enemigo puede enterarse de esta estrategia sin mayores peligros para la sociedad civil, ya que las tiranías no cuentan con los recursos para combatirla. Además, los regímenes totalitarios, a estas alturas, conocen muy bien qué les viene encima cuando un pueblo se une en torno a la resistencia no-violenta.
Los regímenes harán todo lo posible – e imposible – para evitar que un movimiento de resistencia no-violenta tome fuerza, pero cuando vean que el intento es fallido y la sociedad está decidida a organizarse en un solo bloque, comenzarán a “pedir cacao”... a intentar diálogos de “entendimiento”. Al final empezarán a derrumbarse y a perder afectos dentro de sus cuadros internos, tanto políticos como militares. Esa es la experiencia histórica que los tiranos todos conocen y toman muy en cuenta. Hemos oído, por ejemplo, por la boca del propio Hugo Chávez, el daño que las estrategias de resistencia no-violenta les han causado a grandes tiranos de la historia contemporánea y así lo ha relatado en cadena, asombrosamente y a modo de queja, el tirano venezolano.
VIII. TOMEMOS LA OFENSIVA
Hasta ahora los regímenes totalitarios han sido exitosos en tomar y mantener la ofensiva. Por ejemplo, Chávez planifica todas las semanas la agenda de la oposición venezolana en su espacio mediático (radio y televisión) “Aló Presidente”, al anunciar una “bomba” cada domingo. Eso genera una reacción DEFENSIVA de la oposición y así la entretiene durante siete días, hasta el próximo programa... o nuevo escándalo.
Es necesario que los medios de comunicación reseñen las noticias que genera el “oficialismo” de manera casual, pero que nuestros comunicadores no se hagan eco de ellas. Al contrario, pongamos al régimen a comentar las nuestras.
IX. RETÉMOSLE E IGNORÉMOSLE
La verdadera resistencia es un constante retar al régimen. No debe pasar un día en el cual no lo retemos.
La sociedad civil puede organizar eventos - a modo de “tareas” – que reten al régimen. Estos eventos deben de ser ingenuos y absolutamente legales. Por ejemplo, se puede organizar una jornada de varias horas donde todo el pueblo opositor salga al frente de sus respectivas viviendas y, sin obstaculizar el tránsito, rezar el rosario. Todo un pueblo unido rezando el rosario... MOSTRANDO SU RECHAZO AL RÉGIMEN.
Otra “tarea” para retar al régimen podría ser ponerse todos de acuerdo e ir a visitar a un connotado preso político. En ninguno de estos casos habrá necesidad de solicitar permiso para manifestar. No se trata de una marcha organizada.
Claro está que ese reto establecerá un dinamismo que se irá evaluando sobre la marcha, porque no sabemos cuál será la exacta reacción del régimen ni podemos calcular su nivel o intensidad en el campo de la represión.
Al mismo tiempo en que retamos al régimen, lo ignoramos. Debemos pretender que no existe. De hecho: ¡no existe! En Venezuela se levanta el edificio donde una vez funcionó el Congreso Nacional, pero quienes se reúnen hoy en su inmueble, que ahora mientan “asamblea” (como en Cuba), no tienen legitimidad. No los podemos re-legitimar tomándolos en cuenta para nada. Son fantasmas. Uno no se sienta a hablar con fantasmas a menos que se trate de una sesión espiritista. Tomar en cuenta al régimen y a sus acólitos es hacerles el juego y caer en el campo donde ellos se sienten a sus anchas.
No debemos pedirles absolutamente nada a las entidades del régimen. No hay que introducir nada ante la Fiscalía General ni acudir al Tribunal Supremo de Justicia para nada. Esos organismos, al igual que el Congreso, son cascos vacíos usurpados por fantasmas temporales. Por supuesto que no acudiremos a municipio alguno para solicitar permiso para marchar por el territorio nacional.
Sentarse en la mesa de negociaciones con los fantasmas... pretender que modifiquen sus dictámenes, votar en elecciones en contra de ellos (aunque en ocasiones nos dejen “ganar”, como el gato deja que el ratón “se escape” antes de matarlo y comérselo), es perder el tiempo, legitimarlos y retrasar nuestra lucha de resistencia, porque la distorsionamos. En la resistencia se resiste, no se dialoga ni se participa... ¡tampoco se vota! Retamos e ignoramos al régimen día-a-día.
En una lucha de resistencia no acudimos a las citaciones que nos hacen los fiscales ni los tribunales fantasmas. Tampoco pedimos la libertad de nuestros presos. No hablamos con fantasmas.
Esto, como es lógico, supone un gran sacrificio, pero ¿qué lucha no es sacrificada? Es eso, o perderlo todo, incluyendo nuestra dignidad como pueblo. De todas maneras, si no resistimos adecuadamente, terminaremos perdiéndolo todo: ¡la Patria incluida!
X. EL DÍA "D"
Toda esta lucha de resistencia no-violenta tiene como finalidad llevar al país nacional al “Día D”. El día en que la sociedad civil se sublevará de manera activa, generalizada y sostenida en contra de aquellos regímenes tiránicos. Se habrán acabado las tareas ingenuas y habrá llegado el momento de la verdad.
SUBLEVACIÓN ACTIVA – Porque cada quien participará activamente en la sublevación.
SUBLEVACIÓN GENERALIZADA – Porque tenemos que sublevarnos a lo largo y ancho del país. En cada urbanización o barrio. En cada ciudad, en cada pueblo: ¡EN CADA CALLE! Esa sublevación generalizada debe de ser al unísono, es decir: todos a la vez y en todas partes.
SUBLEVACIÓN SOSTENIDA – Porque tenemos que mantener la sublevación hasta lograr el único objetivo: sacar del poder al tirano y a sus acólitos.
Hay muchas maneras de sublevaciones cívicas. Las hay violentas y no violentas. Por ejemplo, la sublevación que Hugo Chávez convocó, sin éxito, apenas salió de prisión en marzo de 1994, desde el programa de televisión de José Vicente Rangel, fue una sublevación violenta, al estilo del “Mayo Francés” (de 1968).
Ver el siguiente video:
La sublevación que nuestro movimiento de resistencia sugiere es no-violenta, al estilo de Serbia, de Filipinas y de muchas otras no-violentas que han dado resultados positivos e incruentos.
Las sublevaciones de Francia, Serbia y Filipinas cumplieron con sus respectivos objetivos, sin embargo, nosotros preferimos la estrategia de la no-violencia por ser la más factible de realizar, la más efectiva, la menos traumática… y la más segura.
La histórica sublevación violenta del “Mayo Francés” fue contra el gobierno democrático del General Charles De Gaulle.
Las no-violentas mencionadas arriba, fueron en contra de dos sanguinarios y genocidas tiranos: Ferdinand Marcos (en Filipinas) y Slodoban Milosevic (en Serbia).
La sublevación en sí es una vía. Es la última “batalla” antes de lograr los objetivos planteados. En el caso de sacar del poder a un tirano, la sublevación cívica debe culminar con la IMPLOSIÓN (o insurrección) militar. Para entonces ya las condiciones estarán lo suficientemente “maduras” como para evitar escenarios de mayores violencias entre militares.
Dentro de esa sublevación no-violenta está la modalidad de “La Guarimba”, la cual hemos venido promoviendo en Venezuela durante muchos años y, en cierto modo, se aplicó entre los días 27 de febrero y 5 de marzo de 2004 con un éxito total, a pesar de no haberse llevado a cabo debidamente porque muchos no observaron las tres reglas doradas (e inviolables) de “La Guarimba”.
“La Guarimba” en Venezuela pudo haber depuesto al régimen en una semana, de no haber sido por la traición de un sector de los líderes “opositores” que pactaron con Hugo Chávez cuando la verdadera oposición popular iba ganando. Uno no se sienta a dialogar cuando tiene a la vista la victoria. La rendición del enemigo debe ser INCONDICIONAL.
XI. NEUSTRO MAYOR RETO
El mayor reto de toda sociedad civil que pretenda lograr su libertad a través de la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida es de carácter comunicacional. Es imperativo enseñarle a todo un pueblo la manera más expedita, correcta y SEGURA de sublevarse sin exacerbar la violencia.
Ojo: No hay que confundir pacifismo con no-violencia. El pacifismo es una forma de vida. La no-violencia es una estrategia de lucha. El 99.99% del pueblo sublevado debe evitar la violencia por razones tácticas más que por convicción moral. La violencia funciona a favor del régimen. Transmitir por TV escenas de muertos en las calles podría desmantelar la sublevación cívica tan pronto como ésta arranca. Es por eso tremendamente importante NO DESPLAZARSE más allá del frente de nuestras viviendas (de nuestras “guarimbas”). De hecho, no es necesario estar en las calles durante “La Guarimba”. Solo necesitamos asegurarnos que nuestras barricadas, frente a nuestras viviendas, estén trancando la vía. Sólo saldremos de nuestras casas para repotenciar aquellas barricadas que ameriten ser repotenciadas.
Decíamos que nuestro mayor reto es, sin duda alguna, de carácter comunicacional. El pueblo debe saber cuál es la manera exacta de aplicar “La Guarimba” dentro de una sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida.
Habremos logrado vencer la barrera de esa dificultad comunicacional mediante la creación de “CELULAS DE RESISTENCIA”.
En biología, la célula es la unidad esencial que forma a todo ser vivo. Es además la estructura anatómica y funcional fundamental de la materia viva, capaz de vivir independientemente como entidad unicelular, o bien, formar parte de una organización mayor, como un organismo pluricelular. Nada hace el régimen con desmantelar UNA célula de resistencia, porque ella forma parte de un todo organismo pluricelular que está representado por millones de ciudadanos quienes no se conocen entre sí. Cada “célula de resistencia” consta de cinco “núcleos” o individuos. Cada individuo solamente conoce y se comunica con otros cinco. En otras palabras: es MATERIALMENTE IMPOSIBLE desmantelar un sistema u organismo pluricelular.
Estas células de resistencia servirán para divulgar la manera correcta y segura de sublevarnos, además: conformarán la más perfecta red de comunicación del sistema pluricelular de resistencia. A través de las células de resistencia nos iremos comunicando como hacen los africanos en la selva con sus tambores. En cuestión de horas podremos comunicar una información a millones de ciudadanos… y si se nos caen los medios de comunicación, como la telefonía o la red de la Internet, podremos comunicarnos boca-a boca, cara-a-cara, porque un individuo, dentro de esa compleja red pluricelular, solamente tiene la responsabilidad de contactar a los miembros de la célula de resistencia que él o ella creó, es decir: A CINCO PERSONAS, no más.
Cada uno de nosotros debe convertirse en “PRECURSOR DE LA LIBERTAD” creando nuestra propia célula de resistencia, es decir, invitando a nuestra casa a CINCO personas. No serán SEIS o más… ni serán CUATRO o menos: SERÁN CINCO PERSONAS NADA MÁS. Necesitamos mantener cada célula lo más manejable posible y si consta de muchos “núcleos” (individuos), se nos hará más difícil contactar a cada uno de ellos en el momento crítico. Recuerden: CINCO PERSONAS NADA MÁS.
Una vez en la reunión, leeremos este manifiesto. Cada invitado se alternará en la lectura de cada párrafo, así se mantendrán atentos y nos aseguraremos de que cada quien haya entendido su contenido.
Leyendo este manifiesto aprenderán la manera más adecuada y segura de implementar “La Guarimba”, es decir:
* Trancando los metros cuadrados de
calle que están FRENTE a nuestras viviendas…
* No desplazándonos más allá del frente
de nuestras viviendas…
* No confrontando con el enemigo…
Así de sencillo Y DE SEGURO es el asunto para el 99.9% de la población sublevada. Habrá “otros” que harán “otras cosas” pero “esas cosas” no las sabrá el régimen hasta que llegue el momento, razón por la cual es IMPERATIVO que el 99.9% de la población NO SE DESPLACE, pues podría ser muy perjudicial para aquel que decida hacerlo.
Sin embargo, habrá que explicar un poco más porque la mayoría de los seres humanos gusta de ponerse barreras. Siempre habrá aquel que pregunte: ¿y qué ganamos trancando las calles? Siempre habrá alguien que tiene un “plan” mejor. Jamás se han enfrentado a una tiranía castro-estalinista, pero pretenden tener la “solución” al trauma colectivo. Al final, son esos los primeros que no participan de una manera o de otra.
La sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida ha sido ampliamente probada en otros países. Habrá quien diga: “sí… eso habrá sido en Serbia, pero aquí no somos serbios”. En fin. Siempre habrá quien guste de ponerse barreras. Dejemos que sea el enemigo quien nos ponga las barreras, no seamos nosotros mismos quienes nos auto-limitemos.
XII. SU FUNCIÓN CÍVICA Y ACTIVA
Es importante, pues, explicar – entre otras cosas – cuál es la función cívica y activa de “La Guarimba”, como una modalidad de sublevación.
La única función cívica y activa de “La Guarimba” es la de paralizar al país de una manera generalizada y sostenida, logrando un VERDADERO PARO GENERAL: ¡un verdadero paro general!
Eso solo es suficiente como para defenestrar al más obstinado tirano, sobre todo, porque al pasar los días se tiene que buscar una solución y al no haber otra que cambiar los factores de poder, lo único que quedaría sería la insurrección militar presionada internamente por millones de ciudadanos sublevados y externamente por la llamada “comunidad internacional”. Así ha funcionado siempre. El régimen perderá el apoyo interno, el de sus militares, acólitos y/o policías. Así las cosas, la única vía factible sería el abandono del poder.
Eso le sucedió a Milosevic… a Marcos, a Batista, a Aristide, a Fujimori, a Pérez Jiménez, a Ceaucescu en Rumania y a Erich Honecker en la Alemania Oriental, entre muchos otros tiranos que fueron depuestos tras una presión popular de mayor o menor grado de violencia.
“La Guarimba” es una de tantas maneras de provocar esa necesaria presión interna y externa para que los tiranos abandonen el poder. Es, además, la manera más segura y expedita, si la hacemos correctamente.
La mayor parte del pueblo solamente tiene que comprometerse a trancar el pedacito de calle que está frente a su casa, a no alejarse más allá del frente de su vivienda y a no confrontar con el enemigo. Quedarse dentro de su hogar (de su refugio o “guarimba”) es lo mejor… de ahí el nombre de esta estrategia ya que “guarimba” significa, en uno de los dialectos caribes: refugio. En esta estrategia de “LA GUARIMBA”, el elemento más importante es el refugio de los participantes, la “guarimba” de los participantes. Es entendible el por qué no debemos desplazarnos más allá del frente de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”. Al menor indicio de peligro, nos retiramos “estratégicamente” a la seguridad de nuestras “guarimbas”, de nuestros “refugios”: de nuestras viviendas.
XIII. LOS "PEONES CIRCUNSTANCIALES"
Todo régimen sobrevive con la necesaria ayuda de los “peones circunstanciales”. Estos son aquellos que conforman, por motivos circunstanciales, las fuerzas armadas y los organismos policíacos de represión o prevención. Estos “peones” (soldados y policías) cambian de bando con las circunstancias. Al cambiar el gobierno, cambian de bando.
Debemos captar a los “peones circunstanciales” del régimen para que nos ayuden a modificarle, para bien, el destino al país. Además, los “peones circunstanciales” podrían salvar cientos de vidas de nuestros aliados al momento de una sublevación.
Es muy fácil hablar con “ellos”… con los “peones circunstanciales”. Muchos de los “núcleos” de las células de resistencia conocen a un “peón”… o son familia de uno de ellos. Hay que pedirles que llegado el momento, disparen por encima de nuestras cabezas, con todo lo que eso significa. A esos “peones” hay que irlos ablandando. Todos ellos tienen familia y muchos familiares de los “peones”, están del lado de la patria, no del régimen y formarán parte de nuestras células de resistencia.
XIV. LAS "CONDICIONES OBJETIVAS"
La situación momentánea de un determinado país es evaluada por las condiciones subjetivas y/u objetivas. Ambas condiciones son tremendamente cambiantes... dinámicas.
CONDICIONES SUBJETIVAS – Son aquellas condiciones que CREEMOS existentes en un determinado país en un momento específico en el tiempo. Las condiciones subjetivas NO SON precisamente las reales: son las que un grupo pudiera creer existentes. Por ejemplo, nuestros líderes de la resistencia pudieran pensar que están dadas las condiciones para convocar a la sublevación, cuando, en realidad, no es así... en cuyo caso, el llamado a la sublevación podría fracasar.
CONDICIONES OBJETIVAS - Son las reales. Las existentes. Cuando la marcha del 11 de abril de 2002 en Venezuela, estaban dadas las condiciones objetivas para una sublevación. Lo mismo sucedió en la tarde del 27 de febrero de 2004, cuando se prendió “La Guarimba”.
Oigan bien: es un requerimiento imprescindible que estén dadas las “condiciones objetivas” (las verdaderas) para llamar al pueblo a la sublevación o para que el pueblo se subleve de manera espontánea. Habrá que esperar el momento adecuado y mientras tanto, nos vamos preparando con “tareas”, retando al régimen e ignorándolo en todos los sentidos, pero – sobre todo – divulgando, a través de las células de resistencia el mensaje de sublevación y las instrucciones de cómo sublevarnos de una manera adecuada y segura. No se puede PROGRAMAR una sublevación. Aquel líder que convoque la sublevación a distancia, es decir, dentro de un mes o más… que “planifique” la sublevación, es – seguramente – un traidor cuya misión es la de EVITAR la sublevación y fomentar la depresión colectiva. Lo mismo podemos decir de aquellos líderes que llamen al DESPLAZAMIENTO de la población. LO ÚNICO que están buscando son unos muertos, para “matar” también la opción de la verdadera y efectiva sublevación.
XV. ¿Y DESPUÉS QUÉ?
Una pregunta muy válida es qué sucederá en el país después del derrocamiento de la tiranía. ¿Quién tomará el control del país?
Esa es una pregunta imposible de responder. Puede que se monte un “gorila” con intenciones muchísimo más malsanas que las que tenía el tirano depuesto, lo cual sería difícil... pero no imposible. ¿Qué haríamos entonces? Lo mismo que hicimos para sacar al tirano anterior, sólo que esta vez se nos hará infinitamente más fácil porque ya sabremos cómo sublevarnos y el poder de la sublevación en manos de la sociedad civil.
Sin embargo, no se nos ocurre un sistema más funesto, cruel, aberrante y satánico que el Castro-Estalinismo, así que nada podría ser peor.
XVI. CÓMO CREAR LAS CÉLULAS DE RESISTENCIA
La etapa más sencilla – Y LA MÁS IMPORTANTE – de toda sublevación cívica es la creación de UNA “célula de resistencia”: de la primera. He aquí cómo se logra paso por- paso:
PRIMERO – Debemos imprimir SEIS copias del “Manifiesto de La Liberación”, este manifiesto que estamos leyendo en estos momentos, que también puede ser bajado y copiado en la siguiente dirección cibernética:
SEGUNDO – Debemos invitar a nuestra casa a CINCO amigos, familiares o compañeros de trabajo que estén del lado de la Patria. Sería perfecto que estos individuos no se conocieran entre sí y que no trabaran amistad de ahí en adelante. No presenten a los invitados, ni divulguen sus nombres entre ellos… en el caso de que no se conozcan, claro.
TERCERO – En la reunión cada participante debe turnarse para leer un párrafo de este manifiesto, cuya copia habrá recibido al comienzo de la reunión. Si hubiese acceso a la Internet, sería bueno revisar nuestro sitio en la red.
CUARTO – Cada participante debe COMPROMETERSE a crear una célula de resistencia de la misma manera.
QUINTO – Debemos velar porque nuestros CINCO “núcleos” hayan cumplido la misión de crear una nueva “célula” cada uno.